domingo, 29 de mayo de 2011

Nuestra Lengua Muchik

 La mayoría de personas, peruanas o extranjeras piensan que el Perú precolombino habló quechua, pero esto no es así, sólo la gente del altiplano lo hablaba como lengua materna, en el resto del Perú se hablaban otras lenguas.

En 1987, cuando se descubrió el Señor de Sipán en Huaca Rajada, se incrementó la preocupación por fortalecer nuestra identidad cultural muchik. Para lograrlo se ha empezado por el rescate de nuestras costumbres, danzas, comidas, leyendas, entre otros, pero uno de los aspectos importantes y que no se puede dejar de lado es la lengua. Aprenderla implica el saber escribir y pronunciar correctamente.



La lengua mochica o muchik, era una las lenguas generales del Perú.

El origen de la lengua muchik es aún más incierto. Hay quienes sostienen que fue un idioma autónomo, otro que podría ser un idioma extranjero con influencia maya, aunque esta última tesis es muy remota. También es importante señalar que los investigadores como Jorge Zevallos Quillones, Ernst Wmiddendorf, Josefina Ramos Cox sostienen que lenguas como el Quinghan en Eten y Sechura, fueron dialectos propios del Muchik, con características distintas pues los espacios donde se desarrollaron eran variados en su relación directa con su ecosistema.

La lengua muchik tendría origen en
una antigua lengua llamada la Pescadora
La profesora Josefina Ramos, última hablante de la lengua muchik, nos cuenta que el muchik es una lengua evolucionada de la “pescadora”, que es una lengua gutural, eso quiere decir que se escucha como sonidos hechos por nuestra garganta y que a nosotros nos dio la impresión de ser eructos, - de seguro porque no estamos acostumbrados a sus sonidos.

Con respecto a la existencia de la lengua muchik, se puede decir que no sólo se hablaba en la costa norte del Perú antes de la llegada de los españoles, sino que convivía con otras como la tallana en Piura y Tumbes, al norte de Lambayeque, la sechura en el área del desierto de Sechura, al noreste de Lambayeque, olmos, quingnam en el sur, principalmente en el área de La Libertad, y la pescadora en el litoral peruano.
Pero además probablemente existieron otras lenguas habladas por pequeñísimos grupos que con el paso del tiempo fueron extinguiéndose sin haber sido registradas y de las cuales quizá nunca tendremos información, perdiendo así mucho de nuestro pasado.

La lengua muchik cuenta con diversas fuentes que han proporcionado datos para su estudio, pero solamente se conoce a partir de las obras de Luis Jerónimo de Oré y Antonio de la Calancha, siendo estos algunos de los textos más antiguos en los que constan la existencia de la lengua muchik.

El investigador e historiador Guillermo Figueroa sostiene que la lengua muchik fue desapareciendo de manera paulatina por un “sistema educativo de agresión, se enseñaba el monopolio de la lengua castellano y la escuela despreciaba todo sistema cultural moche a favor del sistema cultural occidental”. La profesora Ramos nos explica que llegó un momento en que hablar muchik era mal visto, así que los jóvenes ya no empleaban este idioma, reemplazándolo por el español.

Guillermo Figueroa también sostiene que el Muchik, es una lengua muerta, pero que requiere una investigación porque aun quedan muchos elementos vivos. “Hay que ser lingüista para saber hasta qué punto puede llegarse a una investigación sobre lo que queda de la lengua”, además agrego que es arriesgado decir que el idioma mochica puede ser recuperada si se investiga afondo el porqué de su desaparición; cuales fueron los factores que determinaron su extinción, y si en la actualidad esos factores todavía determinan su destrucción.

Ninfa Idrogo Cubas, refiere sobre esta lengua “murió a mediados del siglo 20 y actualmente no tiene fonética” debido a las grandes variaciones sufridas por la lengua como lo sostenía Hans Heinrich Bruning al encontrar en su desplazamiento a Eten, una lengua ya casi en desuso y una limitada competencia lingüística de los hablantes que aun quedaban, tanto así que para conseguir el equivalente a una palabra, Bruning tenía la necesidad de preguntar por lo menos a diez personas distintas sobre una misma palabra. Entonces con estas anotaciones, Ninfa Idrogo sostiene que es posible recuperar la lengua, pero como elementos sueltos; es decir usar las palabras dejadas por los investigadores de manera creativa para atraer a los niños y jóvenes hacia el estudio de la cultura mochica, porque si se continua especulando sobre una investigación inconclusa, la repercusión puede ser negativa en el ámbito cultural lambayecano. “Debemos pronunciar tal y como se escribe, pues, intentar darle sonidos, es muy aventurado y peligroso” manifestó.

Pienso que estudiar los orígenes de nuestra lengua ancestral es necesario, con ella podríamos entender mejor nuestro pasado y desarrollar así nuestra identidad. Tampoco podemos inventar palabras sólo para alardear del pasado, pero no debemos olvidarnos de nuestras raíces.

Para que tengas idea de cómo se escucha el muchik te dejamos este saludo en palabras de nuestra compañera Nora, del 3° B:

2 comentarios:

  1. Aprender la lengua de los mochicas no es muy sencillo, para prepararnos como iñikuc nos enseñan a saludar y agradecer en lengua muchik, pero aun falta mucho para que pueda reconstruirse más.
    Peño Caess
    Nora.

    ResponderEliminar
  2. Muy bien trabajo chicos. Aunque aun se encuentre en proceso re "reconstrucción" debemos valorarla porque por medio de ella podemos entender mejor nuestro pasado y nuestro presente.

    ResponderEliminar