miércoles, 15 de agosto de 2012

Lambayeque durante el dominio Huary

Durante nuestra visita a la Muestra de
Textiles Huari en la USAT pudimos
ver la influencia de esta cultura en el
pueblo Mochica
La cultura Mochica fue una gran cultura  guerrera, no por gusto, sino por necesidad, ya que en  aquellos días había que guerrear para conseguir  tierras productivas para el cultivo, y agua para alimentar esas tierras, pero a pesar de la abundante experiencia de estos guerreros, el Estado no pudo luchar contra la fuerza de un Estado que venía desde los andes centrales: Los Huari. La situación se volvió mas complicada cuando el fenómeno climatológico de El Niño provocó el avance del desierto debido a la sequía; así que el avance Huari y el avance del desierto apagaron a esta cultura. 

Los Huari de Ayacucho formaron una alianza con los Tiahuanaco que tenían capital en Bolivia, pero que su territorio ocupaba hasta el sur peruano. Esta alianza formó la primera confederación del “Antiguo Perú” y logró conquistar gran parte del territorio, por eso se le llama “Imperio pamperuano” ya que habiendo establecido la alianza inició una gran política de conquista hacia el norte. Así que los mochicas ahora vivían bajo el dominio de los Wari, adoraban a sus dioses, les pagaban impuesto y hacían sus construcciones al mismo estilo Wari, es decir “estilo damero” en donde se construyen casas cuadradas de piedra una tras otra u formando cuadras.





Fueron aproximadamente 8 las generaciones de mochicas que estuvieron bajo el control de Wari, pero como todo cambia, también lo hizo la naturaleza, llegó un fenómeno del Niño que ocasionó desequilibrio en todo el territorio: inundaciones en la costa, sequía y heladas en la selva y; además de problemas políticos como la invasión de pueblos argentinos a Bolivia formaron el momento preciso para recobrar la independencia.

domingo, 12 de agosto de 2012

El Surgimiento del Estado en Lambayeque

El surgimiento de un Estado trae consigo diversos cabios en el nivel de organización de un pueblo que gracias el desarrollo de actividades económicas productivas, como la agricultura y la ganadería, consigue un excedente económico que le abrirá las puertas a un nuevo sistema de organización, pues esta sociedad ahora cuenta con individuos que poseen más que el colectivo en individual y por eso empiezan a cumplir un rol diferente en la sociedad.

El poseer un excedente económico es un gran cambio, tan igual como lo fue la misma revolución agrícola, pues el pasar del autoconsumo y autoproducción a posesión de más productos de los necesarios posibilita el intercambio, ahora se pueden adquirir nuevos productos y no todos de primera necesidad (como lo son las joyas, arte, etc.), también se puede descansar ya que el excedente puede ser usado como paga al tener a alguien que desarrolle el trabajo que le correspondería a uno. Todo este proceso vivido desde que se originó el excedente lleva a la aparición de las clases sociales y a la división del trabajo. Ahora quien posee más excedente busca un trato diferente, y que lo considera justo dado su rol especial en la sociedad, y además ahora que este excedente le permite poseer tiempo puede dedicarte a nuevas actividades como la creación artística o los deportes; pero también pueden dedicarse a la observación de la naturaleza y al conocerla mejorarán su producción y servirán de ejemplo sobre los demás convirtiéndose ahora en administradores del trabajo de los demás.

El Estado Mochica vivió este proceso hace muchos siglos, de hecho, antes de consolidarse como Estado, en el periodo llamado Primer Horizonte (del 1000 a.C. al 200), época en la cual un desarrollo regional llamado Cupisnique se ve influenciado por el primer Estado de los Andes Centrales, el Estado Chavín. Es de los chavines que aprenderá lo necesario para desarrollarse autónomamente, con un sistema agrario que le permite el autosostenimiento (autarquía) y que le lleve a configurarse como un Estado original, es decir con sus particularidades específicas en la economía, sociedad y política.

Cupisnique será el desarrollo cultural base que permita la formación de Mochica en el Intermedio Temprano (del 200 a.C. al 700 d.C.), pero Mochica no es sólo el aporte de Chavín (sobre Cupisnique) y Cupisnique, sino que otro desarrollo cultural del Primer Horizonte, el de Salinar, influenciará notablemente en Mochica, llevándola a tomar las características propias que posee.
Pero si pensamos que el hecho de acumular bienes permitió el establecimiento de grupos sociales diferenciados, dedicados a la administración y no la producción, nos equivocamos, la clave para la consolidación de las clases sociales fue la intervención divina: son los dioses que premiaron a algunos regalándoles el excedente que poseen, convirtiéndolos en sus favoritos y por tal elegidos para gobernar. Así la revolución agrícola, la estratificación social y división del trabajo dio como producto no solo el desarrollo de la sociedad, sino de el actuar de los dioses sobre su pueblo a manera de bendición y de algunos casos a manera de castigo.

Así pues, a la decadencia de Chavín (finales del Primer Horizonte), emergerán los pobladores de la Costa Norte como un Estado independiente y que será reconocido por su estupenda arquitectura, cerámica y orfebrería, además de formar parte del legado que heredarán los Incas y que establecerán como sistema en todo el Imperio.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Una mirada al Chiclayo de hoy

Nuestro Chiclayo ha cambiado mucho en los últimos años, ya poco queda de las calles pequeñas y pistas angostas de adoquines por las cuales transitaban las carretas, hoy vemos a un Chiclayo más moderno, con edificios de cinco pisos, lo cual es difícil de un territorio tan húmedo como el nuestro, y en lo que eran las casonas de antaño hoy vemos modernos centros comerciales, no hay duda de que estamos cambiando, pero dentro de todo esto algunos aspectos prevalecen como parte de nuestra identidad, por ello los debemos conservar, no para vivir del pasado, sino para reconocer nuestra procedencia y no perder de vista quienes somos.
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En lo que conocemos como el centro de nuestra ciudad encontramos algunos monumentos de origen colonial y republicano que se han vuelto iconos de nuestra ciudad, entre ellos tenemos la Catedral de Chiclayo, hecha en imagen y semejanza a la europea Santa María y diseñada por el mismo Eiffel, el Palacio Municipal, que aunque hace algunos años vivió un triste episodio al consumirse en las llamas, hoy ha resurgido tan majestuoso como lo fue antes y el Hotel Roya, cuyo fundado trajo a Lambayeque el primer automóvil a inicios del siglo XX.

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Pero Chiclayo no es solo su arquitectura, sino también su mar, ese Rico mar de Grau que desde tiempos inmemoriales ha sido el sustento de nuestra gente, que les permitió a los moches navegar hacia el norte y sur, a Naymlap fundar su estado sicán y a Tacainamo el estado Chimú, que es un medio de defensa y de comunicación y que hoy nos ofrece su gran potencial ictiológico para el sustento de nuestro pueblo y el desarrollo de una rica gastronomía.

Chiclayo es su gente y su alegría, su picardía, su fervor manifestado en la Cruz de Motupe, en el Santuario Nuestra Señora de la Paz y en su catedral.